Ha escuchado el anuncio que dice: «Los amigos no dejan que los amigos conduzcan borrachos». Ampliemos ese principio para decir: «Los verdaderos amigos no permiten que los amigos cometan un gran error, de ningún tipo».
Puede ser que tu amigo esté en una relación amorosa que se está volviendo seria, incluso hacia el matrimonio, y ves signos seguros de problemas. Podría ser una decisión diferente que altere la vida y que esté convencido de que está equivocada, con consecuencias significativas. Si puede identificarse, sea un buen amigo y considere estos pasos:
Empiece por evaluar cuidadosamente su propia interpretación de la situación y la motivación para hablar. Compartir su opinión con un amigo puede resultar incómodo e incluso puede resultar en sentimientos heridos. Así que piense en su perspectiva y esté abierto a la posibilidad de que no esté viendo la situación con precisión.
Lo más fácil de hacer es no decir nada. Muchas personas optan por no mencionar temas delicados porque quieren evitar conflictos o sonar como un sabelotodo. Pero permanecer en silencio mientras los problemas se avecinan no sería la elección amorosa y cariñosa.
Nadie quiere un consejo no solicitado, y tus palabras no funcionarán bien si tu amigo cree que estás interfiriendo. Si solicita permiso para abordar algo personal y delicado, encontrará que la otra persona es más receptiva a sus comentarios.
Si vas a contarle a tu amigo tus inquietudes, deberás incluir las razones particulares por las que has llegado a esa conclusión. Piense con precisión en lo que le preocupa, y por qué, para que pueda comunicarse con claridad.
Asegúrele a su amigo que su deseo es ayudar y apoyar. Si quieres que tu amigo sea receptivo a lo que dices, no lo juzgues ni critique.
La forma en que se reciben sus palabras tiene mucho que ver con la forma en que se transmiten. Incluye muchas afirmaciones y garantías de que siempre serás un aliado.
Todos hemos estado demasiado cerca de una situación para verla con claridad. Quedamos atrapados en el momento y nos cegan las emociones, perdiendo de vista las consecuencias futuras. Este puede ser el caso de tu amigo y puedes señalar los resultados probables si se comete un error.
Aunque te estás acercando a tu pareja con una preocupación, asegúrate de escuchar completamente lo que la persona tiene que decir a cambio. Cuando escuche a su amigo, esa persona también estará dispuesta a escucharlo. Es más, cuando las personas verbalizan sus pensamientos y sentimientos, a veces llegan a reconocer la verdad a la que antes habían estado ciegos.